jueves, 12 de junio de 2014

¿Qué me pongo? nº7

2009 - 2018:
  • Las personas usarán principalmente computadoras portátiles, que se habrán vuelto espectacularmente más ligeras y finas que las de diez años antes. Las computadoras personales estarán disponibles en muchos tamaños y formas, y frecuentemente estarán alojadas en la ropa o joyas, como relojes de pulsera, anillos, pendientes y otros ornamentos. Las computadoras con una interfaz visual de alta definición variarán desde anillos, alfileres y tarjetas de crédito hasta el tamaño de un libro delgado.
  • Las personas habitualmente tendrán al menos una docena de computadoras sobre y alrededor de sus cuerpos, que estarán conectadas en red local. Estas computadoras proporcionarán servicios similares al de teléfonos móviles, mensáfonos y navegadores. Proporcionarán identidad automática (para realizar transacciones comerciales y permitir la entrada en zonas seguras) direcciones de navegación y otros servicios.
  • Las computadoras estarán alojadas en el entorno (dentro del mobiliario, joyas, paredes, ropa, etc...)
  • La mayor parte de las personas poseerán más de una computadora personal, aunque el concepto de «computadora» habrá cambiado considerablemente: Las computadoras dejarán de estar limitadas en cuanto a diseño a computadoras portátiles o CPUs contenidas en una caja grande conectada a un monitor. En su lugar, dispositivos con las funcionalidades de una computadora llegarán en toda clase de inesperadas formas y tamaños.
  • Cámaras del tamaño de alfileres estarán por todas partes.
  • Pantallas delgadas, ligeras y portátiles de muy alta resolución serán los medios preferidos para visualizar documentos. Las gafas y lentes de contacto también se usarán con este mismo propósito y todos los dispositivos descargarán información de forma inalámbrica.

Continuamos con la sección ¿Que me pongo? Os recuerdo que nuestro objetivo es alcanzar por lo menos 12 dispositivos wearables. Vamos por el nº7.

Ringly

Ringly, es un anillo inteligente, diseñado para mujeres, que se conecta a nuestro smartphone iPhone/android mediante Bluetooth LE. Una vez emparejado, podrá notificarnos, mediante un leve destello de luz o vibración, la recepción de una llamada, mensaje o cualquier otra notificación que indiquemos mediante su app.

Anunciado como el primer anillo conectado, el objetivo de Ringly es advertir a los usuarios la entrada de notificaciones de manera discreta, incluso cuando el smartphone se encuentra en el bolso (con un rango de acción de hasta 10 metros). El anillo dispone de una batería recargable con una duración estimada de 3 días.

 
mejor a 1080p


Ringly es totalmente personalizable. Cuenta con cuatro modos de vibración e iluminación en cinco colores, lo cual le permite asignar diferentes notificaciones, ya bien sean de Twitter, WhatsApp, Skype,... además, también es capaz de sincronizar recordatorios, advirtiendo a los usuarios cuando se acerca una reunión o evento.

Christina Mercando, cofundadora y CEO de Ringly ha declarado:
Nuestro objetivo es crear productos que sean a la vez elegantes y útiles, para que las mujeres se sientan orgullosas de llevarlos. Creemos que el futuro de los wearables se basa en la construcción de una tecnología discreta que se integre perfectamente en tu vida y haga su día a día más fácil. Cuanto más utilizo mi Ringly, más se aproxima a la figura de un asistente personal que me dice qué hacer, además de que es muy divertido interactuar con mis joyas.




Fuente:

Ringly

miércoles, 11 de junio de 2014

Alcanzaremos la inmortalidad haciendo copias de nuestro cerebro


Marvin Minsky, padre de la inteligencia artificial, ha dedicado su vida a entender los misterios del pensamiento y a lograr que las máquinas utilicen algo tan humano como el sentido común. Junto con John McCarthy, fundó en 1959 el laboratorio de Inteligencia Artificial del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde ha sido profesor desde entonces. Antes estudió Matemáticas en Harvard, se doctoró en Princeton e inventó, entre otras muchas cosas, el primer simulador de red neuronal capaz de aprender.

La gran obsesión de Minsky es enseñarle a un ordenador a utilizar el conocimiento que el ser humano adquiere a través de la experiencia. «El sentido común es conocer 30 o 50 millones de cosas y que estas sean representadas de tal forma que puedas hacer analogías con otros acontecimientos. Estas cosas se almacenan según su utilidad o los recuerdos que evocan.

Con motivo de ser reconocido con el premio Fronteras del Conocimiento, de la Fundación BBVA, ha concedido una entrevista al diario ABC que os pongo a continuación:


Isaac Asimov dijo de usted que era una de las dos personas más inteligentes que conocía. El otro era Carl Sagan ¿Se considera usted un genio? Isaac Asimov era vecino mío, el comentario fue muy amable por su parte, pero la verdad es que en la comunidad científica de la que yo formé parte todo el mundo era un genio. Por ejemplo, Robert Oppenheimer o Einstein, que eran increíblemente inteligentes. Aunque a Einstein ¡no le entendía nada! su acento alemán era demasiado fuerte. Una vez comimos juntos y me resultó imposible entender lo que decía.

¿De qué se siente más orgulloso? Me gusta mirar mi currículo y comprobar que, cada cierto tiempo, fui capaz de inventar algo importante. Estudié en Harvard, luego en Princeton, he dado clases en el MIT... En 1960, solo había cuatro ordenadores digitales en el mundo. Yo me convertí en profesor justo cuando las cosas empezaban a cambiar. Eso me ayudó mucho. Siempre estuve entre dos aguas, entre la vieja escuela y la nueva.

En los años sesenta parecía que la inteligencia artificial iba a cambiar el mundo, pero la revolución no ha sido tan rápida como se esperaba... Todo en la vida moderna, desde Internet hasta los sistemas que ponen en marcha fábricas enteras, están controladas por ordenadores. ¡La revolución ya ha ocurrido! Y no llevó tanto tiempo ¿Qué son 30 o 40 años frente a 3.000? A partir de Gauss, desde 1830, la ciencia, la física práctica y la ingeniería han cambiado el mundo mucho más que en los anteriores 10.000 años. Lo que pasa es que no somos conscientes de ello porque nadie vive tanto tiempo.

Una máquina puede realizar complejísimas operaciones matemáticas, pero la inteligencia artificial es incapaz de aplicar algo tan humano como el sentido común ¿Por qué? Las matemáticas son muy sencillas y el sentido común, no; requiere conocer millones de cosas. Por ejemplo, todas las palabras de un idioma. En matemáticas, el lenguaje es mucho más reducido.

Sostiene que las máquinas serán tan inteligentes o más que el cerebro humano. Esas teorías incomodan a mucha gente... Es genial que la gente se enfade, porque eso quiere decir que pueden cambiar de opinión. Yo estoy enfadado todo el tiempo, y me gusta. Me obliga a pensar más. Si no tengo una idea nueva cada día, me cabreo.

Una frase suya: «Cuando los ordenadores tomen el control, puede que no lo recuperemos nunca. Si tenemos suerte, quizá decidan tenernos como mascotas». ¡Pues vaya panorama! Esa solo es una posibilidad. Y no la peor...

¿Por qué es tan pesimista sobre el futuro de la humanidad? Creo que las cosas a pequeña escala funcionan relativamente bien, pero somos muy lentos resolviendo los grandes problemas. Por ejemplo, el dióxido de carbono. Es un problema que el mundo no está entendiendo. Creo que cuando se quiera poner remedio al calentamiento global será tarde. Por eso, el futuro tiene mala pinta: la gente sufrirá, la industria tendrá que parar y la mayoría de la población morirá.

¿También piensa en la muerte? ¿Cree que algún día seremos capaces de alcanzar la inmortalidad? Sí, haremos copias de nuestros cerebros. Puede que los creemos en un laboratorio o que, simplemente, descarguemos su contenido en un ordenador. 

Muchos se plantean si las máquinas serán capaces de sentir, pero usted sostiene que el verdadero misterio no son las emociones, sino el pensamiento ¿Por qué? Es que las emociones no son demasiado complicadas, aunque están relacionadas con una maquinaria muy compleja. Pero es difícil hablar de esas cosas utilizando el lenguaje ordinario. La ciencia consiste en buscar nuevas formas de describir cosas viejas.

¿Y qué hay de la conciencia humana? ¿Por qué es tan misteriosa? ¡La conciencia no es una sola cosa, son muchas! Si piensas en la conciencia como una sola cosa, entonces parece un misterio irresoluble. Es como pensar en un coche como una sola cosa. Parece complejísimo. Pero si piensas en él como una suma de cilindros, engranajes, pistones y cien elementos más, entonces no es tan complicado.

Dice usted con mucha sorna, que «un ético es alguien que ve algo malo en cualquier cosa que te pase por la cabeza» ¿No cree que la ciencia deba tener límites? ¡Lo que yo creo es que todo el mundo debería ser científico! En ciencia, para apoyar cualquier cosa en la que crees, buscas evidencias. Y si esas evidencias son endebles, buscas alternativas. En otros campos sin embargo, la fuerza sustituye a la razón.

Stephen Hawking ha alertado de que «la inteligencia artificial podría ser el peor error de la historia», y que podría significar el fin de la especie humana ¿Qué opina? No creo que Stephen Hawking haya dicho eso, pero no lo sé. Desde mi punto de vista, quemar carbón es el peor error de la historia de la humanidad.

¿Siempre ha leído ciencia ficción? Empecé cuando era un niño, descubriendo a autores como H.G. Wells y Aldous Huxley.

¿Encontró en esas novelas la inspiración para su trabajo científico? Sí, porque algunos escritores de ciencia ficción sabían mucho de ciencia y planteaban problemas serios. No es como el resto de la literatura. La mayoría de las novelas las protagonizan personas mundanas y sus problemas son mundanos. Eso no es importante y no me interesa.



Fuente: