A propósito del biohacker Tim Cannon, que hace poco se insertó un computador en el brazo para monitorizar su temperatura corporal, apareció un tema que en principio parece fantástico, futurista o antinatural, pero que probablemente afecte a la sociedad más pronto de lo que pensamos: el transhumanismo.
¿Qué es el transhumanismo? ¿es simplemente insertar en tu cuerpo un chip que monitorize tu biométrica? ¿es cambiar un hueso normal por uno de titanio? ¿tiene que ver con la mejora de las capacidades físicas como la fuerza (mediante músculos artificiales) o la inteligencia (mediante estímulos cerebrales)? ¿o tiene que ver con algo más?
Transhumanismo: el siguiente paso sociocultural
El transhumanismo, según la asociación mundial de transhumanismo (nombre algo pomposo) es una nueva forma de pensar que reta a la premisa de que la condición humana es y será inalterable. Se habla más de una forma de pensar porque, sin lugar a dudas, es un tema demasiado amplio como para no considerar sus implicaciones en la sociedad. En ese sentido nace una primera pregunta ¿Qué es realmente el ser humano?
Algunos podrían decir que tiene que ver con el ADN. Otros seguramente dirán que consiste en tener la inteligencia suficiente como para poder comunicarnos unos con otros, tal vez simplemente tener conciencia de nuestro alrededor, o tener alma. Ser humano en realidad es todo eso y mucho más.
El tema viene a la palestra porque en algún punto será necesario definirlo. Imaginemos un futuro en el que todos podemos no solo insertar a nuestro cuerpo chips que monitorizen nuestra salud, sino que también podamos mejorar nuestras características, nuestro cuerpo, hacernos más altos o más resistentes. Imaginemos que la humanidad ha desarrollado tecnologías que permitan reemplazar huesos y órganos por otros artificiales, que no fallen y que podamos alargar nuestra vida todo el tiempo que deseemos. Imaginemos que podemos “no morir”
El transhumanismo, según la asociación mundial de transhumanismo (nombre algo pomposo) es una nueva forma de pensar que reta a la premisa de que la condición humana es y será inalterable. Se habla más de una forma de pensar porque, sin lugar a dudas, es un tema demasiado amplio como para no considerar sus implicaciones en la sociedad. En ese sentido nace una primera pregunta ¿Qué es realmente el ser humano?
Algunos podrían decir que tiene que ver con el ADN. Otros seguramente dirán que consiste en tener la inteligencia suficiente como para poder comunicarnos unos con otros, tal vez simplemente tener conciencia de nuestro alrededor, o tener alma. Ser humano en realidad es todo eso y mucho más.
El tema viene a la palestra porque en algún punto será necesario definirlo. Imaginemos un futuro en el que todos podemos no solo insertar a nuestro cuerpo chips que monitorizen nuestra salud, sino que también podamos mejorar nuestras características, nuestro cuerpo, hacernos más altos o más resistentes. Imaginemos que la humanidad ha desarrollado tecnologías que permitan reemplazar huesos y órganos por otros artificiales, que no fallen y que podamos alargar nuestra vida todo el tiempo que deseemos. Imaginemos que podemos “no morir”
TED Talk: transhumanismo, acabar con el envejecimiento
mejor a 480p
Entonces, cuando ya no tengamos ni órganos ni piel y podamos ser todo lo inteligentes que deseemos (o que podamos pagar) ¿Qué pasará con los valores y la moral? ¿Quién distinguirá entre el bien y el mal? Seguramente hoy clasificaríamos de loco a quien quiera extirpar su corazón y pulmones por voluntad propia para cambiarlos por otros artificiales (y al médico que ejecute la operación lo catalogarían de falta de ética) pero en el futuro podría ser un tema cotidiano.
El biohacker Tim Cannon mencionado anteriormente, hizo un comentario muy interesante a MotherboardTV durante una entrevista en relación al dispositivo que se auto implantó: “Hay personas que realmente creen que es inmoral intentar mejorar tus propias limitaciones [físicas]… ¿qué tiene de raro eso? A mí me encantaría mejorar muchas de esas deficiencias”
La pregunta es ¿y a quien no le gustaría? Todos quisiéramos tener un Coeficiente Intelectual más elevado, o tener capacidades atléticas comparables a las de los mejores deportistas profesionales. Todos querríamos tener éxito en lo que hacemos, y si pudiésemos mejorar nuestras capacidades ¿por qué no deberíamos hacerlo?
El biohacker Tim Cannon mencionado anteriormente, hizo un comentario muy interesante a MotherboardTV durante una entrevista en relación al dispositivo que se auto implantó: “Hay personas que realmente creen que es inmoral intentar mejorar tus propias limitaciones [físicas]… ¿qué tiene de raro eso? A mí me encantaría mejorar muchas de esas deficiencias”
La pregunta es ¿y a quien no le gustaría? Todos quisiéramos tener un Coeficiente Intelectual más elevado, o tener capacidades atléticas comparables a las de los mejores deportistas profesionales. Todos querríamos tener éxito en lo que hacemos, y si pudiésemos mejorar nuestras capacidades ¿por qué no deberíamos hacerlo?
Sea como sea, es muy difícil ver hoy las consecuencias de una realidad que sin lugar a dudas está por llegar. El ser humano desde siempre ha querido mejorar y optimizar sus capacidades mediante la tecnología, utilizando herramientas, construyendo transportes, desarrollando maquinaria, conociendo el cuerpo humano y el universo. A micro escala y macro escala, todo en nuestra historia se basa en la optimización de los recursos y la mejora de nuestras capacidades, y llegará el punto en que seamos nosotros mismos los que podamos optimizarnos.
Lo que sí es cierto, y que la misma historia se ha encargado de demostrarnos una y otra vez, es que frente a los cambios tecnológico-culturales simplemente no se puede luchar, y lo que a algunos les parece antinatural, a otros, en algunos años más, les parecerá simplemente imprescindible para vivir (sino, preguntemos a nuestros abuelos que piensan a cerca de nosotros y nuestros smartphones y ordenadores). Por este motivo me parece mucho más inteligente comenzar a pensar seriamente en el transhumanismo, desarrollar opiniones y estar preparados para todo tipo de locuras que aparecerán antes o después.
Lo que sí es cierto, y que la misma historia se ha encargado de demostrarnos una y otra vez, es que frente a los cambios tecnológico-culturales simplemente no se puede luchar, y lo que a algunos les parece antinatural, a otros, en algunos años más, les parecerá simplemente imprescindible para vivir (sino, preguntemos a nuestros abuelos que piensan a cerca de nosotros y nuestros smartphones y ordenadores). Por este motivo me parece mucho más inteligente comenzar a pensar seriamente en el transhumanismo, desarrollar opiniones y estar preparados para todo tipo de locuras que aparecerán antes o después.
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