viernes, 13 de septiembre de 2013

Auriculares de conducción osea

En la anterior entrada comentábamos que recientemente han insertado por primera vez en el mundo un implante auditivo de conducción ósea con anestesia local, pero claro, no todos tenemos problemas auditivos ni estamos dispuestos a pasar por el quirófano para amplificar nuestra audición...

En esta entrada vamos a analizar más detenidamente en que se basa la conducción osea y sus aplicaciones en dispositivos que van a cambiar el mundo en los próximos años...

...pero no desde el punto de vista cyberpunk de los 80's en el que un engendro cyborg con implantes grotescamente sangrientos que potencian su fuerza, visión u oído nos escudriña de manera amenazante, sino desde un punto de vista más actual, postcyberpunk, como el que intento haceros llegar a través de este blog.

En el siguiente vídeo vemos de nuevo cuales son los principios en los que se basa la conducción osea, sistema que transmite vibraciones sonoras a través del hueso del cráneo en vez del de pabellón auricular-timpano.


 
Pues bien, esa tecnología ya existe y es la que se encuentra en los Aftershokz AS301 que se pueden encontrar por 27.99$ (21€) y que tal vez no sea la solución para personas con problemas auditivos severos pero tiene aplicación en la visión del transhumanismo de Raymond Kurzweil

La ventaja de este sistema es que puedes escuchar música a la vez que sigues en control de lo que ocurre a tu alrededor. Van unidos por detrás de la cabeza, a la altura de la nuca, por lo que están firmemente sujetos.



Tal vez esto no sea revolucionario en cuanto a calidad de reproducción de música, pero con el tiempo sí lo será. A día de hoy es especialmente útil a la hora de hablar (por teléfono) y realizar otras tareas que requieran el uso del oído como montar en bici, caminar por la calle sin perder de vista el tráfico, un transportista conduciendo y recibiendo indicaciones,...

En futuros modelos se adaptará tecnología Bluetooth gracias a la cual nos podremos liberar de molestos cables...




Fuente:
Explania.com, GeekBeat.tv

Implantan quirurgicamente un sistema auditivo de conducción osea

Especialistas del Departamento de Otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra han colocado por primera vez en el mundo un implante auditivo de conducción ósea con anestesia local. Se trata de una intervención quirúrgica indicada para implantar un dispositivo específico para subsanar lesiones del oído externo y medio. El implante, denominado Bonebridge® (nombre comercial) a diferencia de otros dispositivos de conducción ósea, presenta la particularidad de quedar totalmente oculto bajo la piel, sin ningún tipo de conexión percutánea que la atraviese.
 

 
Así, el audioprocesador externo del implante queda sujeto mediante imanes y envía la información sonora a la parte implantada en el interior, utilizando ondas de frecuencia modulada, sin precisar el empleo de una conexión directa, como ocurre en el grupo de los implantes osteointegrados.

El equipo de otorrinolaringólogos de la Clínica Universidad de Navarra ha realizado ya con éxito el procedimiento en seis pacientes, sin ningún tipo de complicaciones quirúrgicas. Las cirugías han sido lideradas por el doctor Manuel Manrique, junto a quien han intervenido los doctores Raquel Manrique y Jorge de Abajo. El procedimiento tiene una duración de entre 30 y 60 minutos y, posteriormente, no precisa ingreso hospitalario

El dispositivo se basa en la conducción ósea del estímulo sonoro. El hueso del cráneo recibe, a través del implante, las señales auditivas y transmite las ondas sonoras hasta el oído interno. Hasta el desarrollo de este dispositivo, a los pacientes con problemas de conducción en el oído externo y medio se les colocaban los denominados implantes auditivos osteointegrados que precisaban sujeciones externas en el hueso del cráneo, con las complicaciones que esta circunstancia implicaba.



 
Fuente:

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Mediante anillos NFC, así autenticaremos nuestra identidad

En la anterior entrada hablamos a cerca de la posibilidad de implantarnos un chip NFC bajo la piel de la mano para, entre muchas cosas, abrir el pomo de la puerta de nuestra casa, arrancar el coche, "picar" en los tornos del metro,... 

Sin embargo puede no hacernos mucha gracia pasar por quirófano, aunque solo sea para una sencilla operación, prácticamente indolora y con anestesia local (como en la consulta del dentista)

Esto no nos abocará a ser homeless de la era digital y alejarnos del destino transhumanista que defiende Raymond Kurzweil y por el que he iniciado este blog.



Recientemente se ha presentado un nuevo proyecto llamado NFC Ring a través de Kickstarter (compañía de crowd funding dedicada a la financiación en masa de proyectos creativos) cuyo objetivo es desarrollar un anillo NFC con el que en un principio poder:
  • Desbloquear puertas.
  • Desbloquear teléfonos móviles.
  • Transferir información entre usuarios.

En el siguiente vídeo vemos a John McLear, autor del proyecto, mostrando las funcionalidades del anillo en un terminal LG compatible con conectividad NFC y que ejecuta android, aunque también será compatible con sistemas iOS, Windows Phone y BlackBerry que tengan dicha conectividad.



El proyecto alcanzó su objetivo de financiación el pasado 19 de agosto y en estos momentos se encuentra en fase de desarrollo con varios prototipos en marcha en los que se está experimentando entre diferentes tamaños y materiales como la madera, el plástico y la fibra de carbono.
                                                            

NFC Ring llegará junto con un software Open Source que permitirá crear nuevas funcionalidades para el mismo de manera sencilla, por lo que las posibilidades que podría llegar a tener el anillo podrían ser interesantes. Si estáis interesados en saber cuál es el proceso de fabricación del anillo podéis ver el siguiente vídeo con detalles del proceso.







Fuente:
Kickstarter, John McLear web page

lunes, 9 de septiembre de 2013

Mediante implantes NFC, así autenticaremos nuestra identidad

Mediante implantes NFC que usan el estándar de comunicaciones de radiofrecuencia (RFID) podremos autenticar nuestra identidad entre muchas otras cosas.


Estos implantes del tamaño de un grano de arroz y que hoy en día tienen una capacidad aparentemente pequeña de 1 kb (aunque grande si lo que hacemos poner un link a una una cuenta en la nube o un servidor casero) nos permitiría darle uso en multitud de situaciones:

  • Identificarnos en la puerta de embarque de un aeropuerto.
  • Cruzar los tornos del metro.
  • Validar un pago con tarjeta de crédito en el supermercado (e incluso sin ella)
  • Un simple apretón de manos puede cerrar una transacción económica en la farmacia (unos medicamentos), una tienda de deportes (unas zapatillas) o un restaurante (la propina siempre es negociable, jeje)
  • Abrir el pomo de la puerta de nuestra casa/coche.
  • Validar nuestra sesión en el smartphone/tablet o al posar nuestra mano sobre el ratón de nuestra casa o trabajo.
  • En una fabrica, 'la mano' del obrero puede dar salida al producto ya revisado por el mismo.
  • Mover el contenido del portapapeles de nuestro PC a la tableta o TV (Recordemos que hoy en día está todo conectado) para ver esa serie o película.

Esta tecnología no tiene nada de nuevo puesto que desde 1990 acompaña a nuestras mascotas bajo la piel (concretamente del cuello) y brinda dicha información.

Mediante la información encriptada en dicha capsula, por ejemplo con cifrado AES, podremos estar tranquilos de que no nos roben esa información mediante el sistema de cifrado de clave pública-privada que vive con nosotros desde hace años (DNIe, declaración de la renta, fichas médicas...)



Por el momento, el artista Anthony Antonellis se ha implantado un chip RFID bajo la piel de su mano con fines creativos para lucir un "tatuaje digital" en ese KB de memoria ha almacenado una imagen en formato GIF, aunque podría haber insertado una pista de audio MIDI, un enlace a un vídeo en youtube o su página web. Para ello el creador tiene una aplicación que por ahora funciona bajo la plataforma Android.



 

Fuente:
Wired