- Las personas usarán principalmente computadoras portátiles, que se habrán vuelto espectacularmente más ligeras y finas que las de diez años antes. Las computadoras personales estarán disponibles con muchos tamaños y formas, y frecuentemente estarán alojadas en la ropa y joyas como relojes de pulsera, anillos, pendientes, y otros ornamentos. Las computadoras con una interfaz visual de alta resolución variarán desde anillos, alfileres y tarjetas de crédito hasta el tamaño de un libro delgado.
- Las personas típicamente tendrán al menos una docena de computadoras sobre y alrededor de sus cuerpos, que estarán conectadas por red local. Estas computadoras proporcionarán facilidades similares a teléfonos móviles, mensáfonos y navegadores, proporcionarán identidad automática (para conducir transacciones comerciales y permitir la entrada en zonas seguras), direcciones de navegación, y otros diversos servicios.
- Entramados tridimensionales de nanotubos serán el sustrato informático dominante.
- Cámaras del tamaño de alfileres estarán por todas partes.
- La nanotecnología tendrá más posibilidades y se usará para aplicaciones especiales, aunque aún no conseguirá preponderancia. «Máquinas de nanoingeniería» empezarán a usarse en la industria.
- Las computadoras dejarán de estar limitadas en cuanto a diseño a computadoras portátiles o CPU contenidas en una caja grande conectada a un monitor. En su lugar, dispositivos con las posibilidades de una computadora llegarán con toda clase de inesperadas formas y tamaños.
Todos los dispositivos electrónicos necesitan energía. Para muchos de estos aparatos, como teléfonos, ordenadores portátiles o tablets, la alimentación se almacena en una batería... pero ¿Y si el almacenamiento de energía se integrase directamente en el dispositivo?
Por primera vez, científicos han creado una celda de energía de silicio (el mismo material utilizado para fabricar chips de ordenador y células solares) y el desarrollo podría conducir a dispositivos capaces de almacenar su propia energía, sin necesidad de baterías.
El llamado "Supercondensador de Silicio" se cargaría en cuestión de segundos y entregaría energía a los teléfonos móviles durante días y días. Esta tecnología también podría ser integrado en la parte posterior de las obleas de silicio que se utilizan para fabricar células solares, permitiendo a los paneles solares almacenar la energía eléctrica generada en un solo paquete.
La diferencia entre condensadores y baterías es que los primeros almacenan electrones sobre una superficie, en lugar de la reacción química de los compuestos de las baterías. Por lo tanto se podrían recargar miles de veces más que una batería y absorber la energía más rápido.
La mayoría de los condensadores de alto rendimiento, llamados supercondensadores, están hechos de carbono, no de silicio. El silicio reacciona fácilmente con otros materiales, incluidos gases en el aire además de ser un compuesto conocido en la industria electrónica.
Recubren el silicio con carbono para prevenir su reaccionar con otros productos químicos y después se calienta en un horno para sellar el recubrimiento. De esta manera el carbono revestido se convierte en una capa de espesor nanométrico de grafeno, de forma que pasa a comportarse como un condensador.
Todavía hay mucho trabajo por hacer, aunque es es un gran paso para demostrar que este método de almacenamiento de energía funciona y podría incorporarse fácilmente en el proceso de fabricación de chips.
Por primera vez, científicos han creado una celda de energía de silicio (el mismo material utilizado para fabricar chips de ordenador y células solares) y el desarrollo podría conducir a dispositivos capaces de almacenar su propia energía, sin necesidad de baterías.
El llamado "Supercondensador de Silicio" se cargaría en cuestión de segundos y entregaría energía a los teléfonos móviles durante días y días. Esta tecnología también podría ser integrado en la parte posterior de las obleas de silicio que se utilizan para fabricar células solares, permitiendo a los paneles solares almacenar la energía eléctrica generada en un solo paquete.
La mayoría de los condensadores de alto rendimiento, llamados supercondensadores, están hechos de carbono, no de silicio. El silicio reacciona fácilmente con otros materiales, incluidos gases en el aire además de ser un compuesto conocido en la industria electrónica.
Recubren el silicio con carbono para prevenir su reaccionar con otros productos químicos y después se calienta en un horno para sellar el recubrimiento. De esta manera el carbono revestido se convierte en una capa de espesor nanométrico de grafeno, de forma que pasa a comportarse como un condensador.
Todavía hay mucho trabajo por hacer, aunque es es un gran paso para demostrar que este método de almacenamiento de energía funciona y podría incorporarse fácilmente en el proceso de fabricación de chips.