- Habrá un renovado interés en el test de Turing, que fue propuesto por Alan Turing en 1950 como una forma de comprobar la inteligencia en una máquina. Aunque las computadoras aún fracasarán en el test, crecerá la confianza en que lo pasen en una o dos décadas.
- Habrá mucha especulación sobre la potencial capacidad de sentir (esto es, la consciencia) de la inteligencia basada en computadoras. La inteligencia cada vez más aparente de las computadoras habrá estimulado el interés en la filosofía.
- Las personas se comunicarán con sus computadoras por medio de un diálogo bidireccional y gestos en lugar de con teclados. Además, la mayor parte de esta interacción ocurrirá a través de asistentes computarizados con diferentes personalidades que el usuario podrá seleccionar o personalizar. Relacionarse con computadoras será por lo tanto cada vez más parecido a relacionarse con seres humanos.
- La amplia mayoría de las interacciones comerciales ocurrirán entre humanos y minoristas simulados, o entre asistentes personales virtuales y minoristas simulados.
- Los humanos empezarán a tener profundas relaciones con personalidades automáticas, que tendrán algunas ventajas sobre los compañeros humanos. La profundidad de algunas personalidades por computadora convencerá a algunas personas de que deberían dárseles más derechos.
- Las relaciones entre robots y humanos comenzarán a medida que las personalidades simuladas se vuelvan más convincentes.
- Mientras que un número creciente de seres humanos creerán que sus computadoras y las personalidades simuladas con las que interactúan son inteligentes hasta el punto de la consciencia a nivel humano, los expertos descartarán la posibilidad de que alguna pueda pasar el test de Turing.
- La mayor parte de la comunicación ocurrirá entre humanos y máquinas en lugar de entre humanos entre sí.
- El crecimiento de la inteligencia artificial provocará un verdadero movimiento de los «derechos del robot», y habrá un debate público abierto sobre qué clase de derechos civiles y protecciones legales deberían tener las máquinas. La existencia de humanos con altos niveles de aumento cibernético y de un mayor número de otras personas con implantes cibernéticos menos extremos llevará a cambiar la definición de lo que constituye un «ser humano».
- Las inteligencias artificiales reivindicarán ser conscientes y pedirán abiertamente el reconocimiento de ese hecho. La mayoría de las personas admitirán y aceptarán esta nueva realidad.
El científico Will Caster (Johnny Depp) máxima eminencia mundial en Inteligencia Artificial, busca crear una máquina sintiente y con todo el conocimiento de la humanidad. Su controvertido experimento acaba desembocando en su asesinato por parte de un grupo terrorista antitecnológico. En estado terminal, trasladan su conciencia a un superordenador con inesperadas consecuencias.
mejor a 720p
Esta es a grandes rasgos la historia de Transcendence, opera prima de Wally Pfister director de fotografía de Origen o El caballero oscuro, en la que Morgan Freeman y Kate Mara serán otros de los alicientes en el reparto.
Su estreno está programado para abril de 2014.